domingo, 11 de noviembre de 2012

Mirada vacía, labios resecos.






Se acostaba deseando no soñar, se levantaba anclada a la cama sin fuerzas. Necesitaba tener la mente llena con cosas sin importancia, sin ningún punto débil que pudiese hacer que su fe se desvaneciese. Su vida pendía de un hilo, trataba de mantenerse fuerte ante la tormenta, de buscar un refugio aunque estuviese en el lugar más inhóspito de su imaginación. Trataba de pensar en un feliz futuro y olvidar un pasado que ya no merecía la pena mencionar. No era injusta, intentaba entender un ruido incomprensible para sus oídos. Trataba de evadir preguntas con respuestas vacías, de reconocer a alguien que olvidó su rostro hace años. No pensaba en lo evidente, no se ilusionaba por la posible salvación, pero tampoco se dejaba llevar por la voz negativa que le susurraba al oído. Necesitaba una mano que no la dejase escapar, mantenía los pies en el suelo cuando deseaba dejarse llevar por la brisa...

Trataba de llenar un vacío, que era imposible de completar.


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