domingo, 18 de noviembre de 2012

Cuenta atrás sin un día señalizado


                                                                         


Otro día más que pasaba, no eran buenos ni malos, sólo días que pasaban, sólo se preocupaba al despertarse de como acabarían. Era una cuenta atrás si un día señalizado, avanzaba a ciegas hacia lo desconocido y cerraba las manos en torno a la vela para que no se extinguiese la luz. El mundo había dado tantas vueltas que apenas era reconocible para ella, se aferraba a lo que conocía y se adentraba a la aventura con lo demás. Era tan fácil perder el camino y tan difícil recuperarlo de nuevo, sin rumbo fijo, sin tiempo establecido. Pero el mundo seguía girando, quedaba mucho por vivir, en el momento menos esperado podría cambiar todo repentinamente de nuevo, pero esta vez de forma positiva. Ya había agachado demasiadas veces la cabeza y callado demasiadas palabras, que formaban un nudo en su garganta y una presión en el pecho día a día. Era momento de soltar las palabras y no esconderse detrás de una cabeza agachada, de ver el mundo de forma nueva y empezar desde cero. Porque por muchos caminos que pierdas y muchas luces que se apaguen, un cambio inesperado del destino puede devolverte el camino y la luz que te guíen hacia la felicidad. 

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